LA FRASE

LA FRASE: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo" (Ramón Trecet).

Picos de Culfreda. Llego a los 100 tresmiles. (29 de Julio de 2018)

Salida: Refugio de Tabernés (1740m)
Llegada: Picos de Culfreda (3034m, 3028m y 3032m)
Desnivel positivo acumulado: 1450m.
Tiempo empleado total: 8 horas.
Distancia recorrida: 18,5 km.

Recorrido completo: Refugio de Tabernés (1740m) - Puerto de la Madera (2526m) - Pic de Cauarère o Pico Cabalera (2902m) - Pico Culfreda o Batoua (3034m) - Pico Culfreda Central (3028m) - Pico Culfreda NE (3032m) - Pic de Cauarère (2902m) - Puerto de la Madera (2526m) - Refugio de Tabernés (1740m)

Ascensiones realizadas en solitario.



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Ruta a los Culfredas marcada sobre mapa del IGN.

INTRODUCCIÓN:

Vuelvo a hacerlo, no tengo remedio. De nuevo me embarco en una actividad exigente en cuanto a distancia y horas después de muuucho tiempo sin subir a Pirineos pero es que las oportunidades escasean y conjuntar todo para que salga algo de vez en cuando en mi apretada agenda cada día es más difícil. Así pues aprovechando un fin de semana libre y con buenas predicciones me subo a Tabernés para tachar estos tres tresmiles que, casualidades de la vida, suponen llegar a un número redondo de cimas de más de 3000m ascendidas, 100. Nada menos que 100 picachos de más de 3000m han pisado mis pies, para bien o para mal ahí están. No sé si pensaba llegar antes o más tarde a esta cifra lo que es seguro es que quería llegar a ella y una vez conseguido pues es como si me hubiera quitado cierta presión, ridícula por otra parte, pero es como uno de esos objetivos que se marca uno en la vida, no tienen premio, nadie te da nada por ello pero te gusta alcanzarlos, supone un esfuerzo y más cosas y una vez que llegas, lo disfrutas, y mucho. Mereció la pena.

DESCRIPCIÓN

El sábado día 28 de Julio por la tarde salgo sin prisa rumbo a Plan para luego tomar la horrible e interminable pista de Biadós/Tabernés. Es el momento que más temo del viaje, y nunca defrauda; te vas a cruzar con algún coche que baja en el sitio más estrecho sí o sí, no falla. En fin, se pasa y llego a la Plana de Tabernés a eso de las ocho y media, aparco donde menos molesto junto a otros coches y me llevo la cena al refugio. Cenaré junto al refugio en buena charla con unos paisanos de Zaragoza y otros más que había por ahí. Después entro al refugio para ver dónde me puedo acomodar para cuando me vaya al saco pero... no hay literas, ni colchones, solo duro hormigón y encima los maños están montando una zorrera tremenda pues hacen fuego para asar carne (sic) en la habitación contigua. La decisión no me cuesta mucho tomarla, dormiré al raso junto al coche que además me gusta más. Menos mal que me he traído la funda de vivac por si acaso.

No duermo muy bien ya que los mosquitos, los dos cafés que me tomé en el pueblo antes de salir y la luz de la luna llena no ayudan precisamente pero bueno, algo descanso. Me levanto todavía de noche, desayuno dentro del coche (hace fresco) y me preparo lo poco que me quedaba por prepararme. A las 6:30 estoy andando en busca de esos tres tresmiles que me están esperando.

La ruta no tiene pérdida pues la primera media hora se reduce a seguir la senda que va paralela al río Zinqueta de la Pez hasta llegar al Vado de Bachimala. Ahora cogeré el camino que se interna en el bosque de la izquierda e iré remontando metros de manera continua y sin descanso. No hay grandes repechos pero tampoco mucho descanso hasta que se va saliendo del bosque, momento en el cual va suavizándose la pendiente y es cuando el camino empieza a trazar grandes zetas para ir ganando altura. Senda muy marcada y fácil de seguir. Cojo agua en un riachuelo y veo a lo lejos los Culfredas, quedan muy lejos desde aquí. Mejor no pensarlo, voy solo y cualquier duda puede ir haciendo mella en la moral, lo sé por experiencia; además voy bien, me encuentro muy bien y creo que es por ir a un ritmo más suave que de costumbre (se nota que hoy no me acompaña Juan Carlos, jeje).

Sigo el camino, empieza a darme el sol ya, hay vacas a montón y veo en la lejanía un grupo numeroso. Están parados. Cuando llego a ellos charro un poco con ellos y sigo mi camino.
Conforme me acerco al puerto de la Madera o de Cabalera, en esto hay cierta confusión de nombres sobre si un collado se llama de la Madera y el otro de Cabalera y cual es cual. A mi me da igual, llego a uno donde hay un corazón hecho con piedras a modo de vivac y otros dibujos con piedras (a a gente le sobra el tiempo). Aquí me pongo el cortavientos y enfilo hacia la derecha (N) hacia el Pic de Cauarère que subiré primero siguiendo una buena senda en este paisaje lunar de piedras negras y afiladas y luego subiendo por zonas de más roca a modo de terrazas o escalones. Desde este pico se ven ya cerca mis tres objetivos aunque las nubes juguetean en las cumbres de los Culfredas y temo no poder disfrutar de las vistas.

No me entretengo mucho en este pico, es alto pero teniendo los tresmiles cerca le pasa como a tantos otros, es solo un mero trámite antes del plato principal. Bajo al collado (2853m) que le separa del Culfreda o Batoua y empiezo la subida al primer tresmil de la mañana. Me encanta bajar 50m que luego voy a tener que recuperar para subir al próximo pico (nótese el tono irónico de la afirmación), sobre todo cuando ya llevas unas horas y un desnivel en las piernas pero bueno, hemos venido a esto.

La subida al Pico de Culfreda no es difícil pero sí hay que tener en cuenta una cosa; después de ir por la cresta llega un momento en el que hay que bajar de ella por el lado sur (español) e ir por trazas de senda o siguiendo los mojones para evitar una cota secundaria en la cresta. Tras un rato por la ladera el sendero te devuelve al filo de la cresta y se llega en un tris a la primera cima, el Pico de Culfreda (3034m) tras 3h45min. No veo mucho, las nubes me tapan prácticamente el lado aragonés del Pirineo y parte del francés. Menos mal que el viento se las llevará en mi peregrinaje a las otras dos cimas que restan. Desciendo al collado que separa estos dos primeros Culfredas y me encaramo al Culfreda Central (3028m) en unos minutos. Van pasando nubes e incluso algún rayo de sol se escapa, bien. Fotos y de nuevo en marcha a por el Culfreda NE (3032m) al que llego enseguida. Buzón en la cima en forma de caja de bombones. Decir que la unión de los 3 Culfredas por la cresta no es difícil en ningún momento y solo requiere prestar atención de dónde se pisa.

En esta última cima el panorama se va despejando y aprovecho a fotografiar el Lustou, único tresmil que me queda pendiente ahora en este sector. Ya le llegará el turno, ya...
Como algo, bebo y descanso un rato, no obstante aún me quedan más de 9km de regreso. Vuelvo al Central y me cruzo con el grupo al que había visto hace un rato; ellos han dejado las mochilas en el primer Culfreda, chicos listos. Cuando llego al Pico Culfreda el sol ha ganado la batalla a las nubes y puedo disfrutar del momento, luces y colores mágicos hacen que pueda disparar a todas las direcciones. Además hay una luz un poco rara, especial, me recordaba a esa luz de las tardes de otoño y sin embargo aún eran las 11 de la mañana!! Ahora disfruto de la cresta de Bachimala, del majestuoso Posets, o de los lejanos Eristes.

Desando la cresta pasando por la "fajeta" de la que hablaba antes. Hay una flecha pintada en una piedra debajo de un hito que indica donde debes bajarte de la cresta, se agradece. Vuelvo a subir al Cauarère, maldita la gracia que me hace cuando vas de vuelta... y lo bajo por el otro lado en busca ya del collado de la Madera o de Cabalera o como demonios se llame.

Desciendo en piloto automático. No hay pérdida pues a partir de aquí la senda es muy cómoda y muy marcada, hace calor y empiezo a estar cansado. Noto la inactividad de estos meses pasados, es curioso pero después de muchos años lo voy a pasar peor bajando que subiendo. No es que me arrastre pero no voy a gusto, noto mal el estómago y no sé si es por el agua que he bebido durante la mañana y siento náuseas en algunos momentos. Cuando entro en el bosque busco una buena sombra y como, no mucho pero lo suficiente como para sentirme un pelín mejor. Llego a Tabernés bastante tocado físicamente y el calor no ayuda nada pero estoy junto al coche y la ruta ha terminado con éxito, solo resta descansar un poco y tomarme algo fresco en Plan para ser persona de nuevo.

Estos 100 tresmiles que un día empezaron en el mismísimo Aneto hace ya 18 años son historia, ahora falta dar nuevos pasos en este camino que lleva a disfrutar de la montaña, de los paisajes, de la belleza, en una palabra, de la Libertad que se siente en este entorno maravilloso que todos deberíamos cuidar y saber apreciar como se merece. Que vengan muchos más y que vosotros lo disfrutéis tanto como yo lo hago.
Al comienzo del camino, amaneciendo dentro del bosque.
Aquí se bifurca el camino hacia el Puerto de la Madera, al Puerto de la Pez o hacia el Bachimala.
Saliendo del bosque ya veo en lontananza los Culfreda (el primero de ellos concretamente).
Puerto de la Madera. Vista hacia el Pic Cauarère y a la derecha asoma tímidamente el Pico Culfreda o Batoua.
Pic Cauarère o Pico Cabalera en primer término. Culfreda a la derecha de la imagen.
Subida al Cauarère. Se aprecian trazas de senda en el suelo y las terrazas más arriba.
Vista desde el Cauarère hacia el primer Culfreda. Collado abajo y cresta al Culfreda.
Mirada atrás hacia el Cauarère desde el punto donde se debe dejar la cresta y pasar a media ladera.
Más o menos a mitad del paso bajo la cresta camino del primer Culfreda.
Datos del GPS en la cima del Culfreda o Batoua (3034m). Solo un metro de diferencia respecto a lo oficial, no está mal para un bicho tan "viejo".
Poco dejaban ver las nubes cuando llegué al primero de los Culfredas.
Va despejando. Foto tomada desde el Culfreda Central (3028m) con el Culfreda NE cerca ya.
Autofoto en el Culfreda Central.
Cima del Culfreda NE (3032m). Al fondo, siguiendo la cresta vemos el Lustou.
Mirada hacia el valle francés de Rioumajou.
Vistazo atrás desde el Culfreda NE donde se ven los otros dos Culfredas.
Vista de la cresta que llevaría al Lustou desde el Culfreda NE. Es otro nivel.
Ahora se aprecia mejor el Culfreda Central y el NE desde el Batoua.
Tresmiles a montones. A la izquierda de la foto la cresta de Bachimala y a la derecha la de Espadas-Posets. Una gozada haber hecho las dos.
Última mirada atrás al Lustou y los Culfredas desde el Pic Cauarère. Ahora sí despejado y no como cuando llegué a la subida.
Paisaje lunar volviendo al Puerto de la Madera... o como se llame realmente.
Vacas pastando cerca del Puerto de la Madera con la cresta de Bachimala al fondo.

4 comentarios:

  1. Hola Miguel Ángel.

    Enhorabuena por esa cifra tan redonda de tres miles, pero también por todos esos días tan magníficos de montaña que has tenido que hacer para conseguir el reto.

    Estos tres miles que has hecho los tengo visto pero no hechos, a mi personalmente la altura de las montañas me da igual, el otro día hicimos el Otal y me pareció una montaña espectacular.

    Una pena que a la vuelta te encontrases mal, es normal después de mucho tiempo de inactividad, los tres miles aunque no sean "difíciles" no los regalan y sin duda el calor ayuda.

    A ver si no tardas tanto en publicar la siguiente :)

    Un saludo

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  2. Hola Miguel Angel! Enhorabuena por completar ese reto personal con la cifra redonda de 100.
    Yo también me puse el reto de 100, y luego me puse el de 150, quizás por seguir teniendo un objetivo, aunque no me obsesiona en absoluto. En el fondo se que no tiene ninguna importancia, no se si lo completaré y la verdad es que me da un poco igual. Quizás solo sea una excusa más para seguir dándonos esos madrugones y esas palizas...pero que luego se recuerdan con ilusión. Lo importante es disfrutar de cualquier salida, sea un paseo o una machada, solo o acompañado, en verano o en invierno. Que no nos falte la salud, el monte, y la ilusión de disfrutarlo!!

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  3. Hola,

    Gracias a los dos por vuestras palabras. Efectivamente los números son solo eso, números, pero es una manera de marcarte retos, objetivos que de otra forma quizás no haríamos. No sé si llegaré a 150, lo veo difícil al ritmo que van mis salidas a la montaña pero bueno, como comento en la entrada 100 tresmiles sí quería hacer.

    La altura, sin ser lo principal también es importante. Un tresmil siempre será algo especial, de primeras supone un esfuerzo mayor y luego por el entorno en el que se encuentran también un aliciente. Dicho esto, siempre hay picos más bajos que son enormes en vistas, dificultad, o por el simple hecho de la ruta seguida para llegar a su cima; un ejemplo muy claro es el Tozal de Guara que hicimos el año pasado y que me gustó muchísimo la subida y la bajada, una ascensión muy bonita para un pico más bien "bajito".

    Un saludo, y como dices Eduardo, a ver si no tardo tanto en publicar más. (Desde el Perdido he hecho un par de cosas pero no eran muy reseñables, jeje)

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  4. Enhorabuena, Miguel. 100 tresmiles no son poca cosa, aunque ya sabes que lo que toca es mirar hacia adelante y ver cómo seguimos ampliando la lista y, con esa excusa, seguir disfrutando de nuevos parajes de estos Pirineos que tanto nos gustan.
    A ver si cuadramos agendas y ampliamos hasta los 200!!!!

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