Perfil del recorrido realizado a la Peña Foratata Or. y Occ.
INTRODUCCIÓN:
La Peña Foratata es una montaña que a todo el que llega al Valle de Tena/Bal de Tena sorprende y como si se tratara de un imán, atrae la mirada hacia ella constantemente. Su posición aislada de otras montañas y sus formas tan verticales la convierten en un mirador privilegiado de todos los picos que la circundan. A todo esto hay que añadirle que no tiene vías fáciles para su ascensión y todas requieren superar pasos de al menos II+ con exposición como es la vía que nosotros elegimos, la más fácil entre todas las que suben a ella, pero que exige un cierto nivel y seguridad en las trepadas.
ASCENSIÓN:
Sin madrugar en exceso llegamos a eso de las 9.00h a Formigal y subimos hasta la calle más alta de este urbanización, concretamente al aparcamiento que tiene el Hotel Meliá. Solo hay un coche aparcado, son franceses y salen ya para la Foratata, pero como luego comprobamos solo hicieron la Occidental.
Una vez pertrechados nos ponemos en marcha tomando una pista forestal que pasa detrás del aparcamiento y que pronto se convierte en senda. Desde aquí aprovechamos para sacar una foto al objetivo del día.
Vista de la Foratata y marcado en rojo la vía por la que subimos.
La primera parte del camino la hacemos bastante rápido, tanto que a la vuelta apenas recuerdo haber pasado por allí antes... y es que entre la conversación y el fresquito mañanero vamos a un buen ritmo. Además, el pico de hoy tiene una aproximación bastante corta por lo que tampoco necesitamos ir dosificando las fuerzas como en otras ocasiones. Así pues, tras seguir durante un rato el sendero sin pérdida que se va dirigiendo hacia la izquierda (NE) llegamos a un primer collado, el Collado del Forato. Aquí giramos a la derecha (S) para ir ganando metros por un contrafuerte y luego tomar una senda que será la que, realizando una media ladera, vaya flanqueando la Foratata Occidental.
Este nos vigila al entrar en sus dominios.
Vemos ya perfectamente las dos puntas de la Peña Foratata.
La senda se adentra ahora en terreno pedregoso.
Una vez que vemos ya las dos puntas de la Foratata, el camino se dirigirá al collado que separa ambas y que primero pasará por debajo de la Foratata Occ. y buscará el collado entre ambas. No es difícil y cabe destacar únicamente un pequeño destrepe a mitad de ladera.
Cuando llegamos al pequeño collado entre las dos cimas decidimos parar a picotear algo, es pronto aún pero nuestros estómagos empiezan a gruñir y de esta forma afrontaremos el tramo más complicado sin pensar en la comida. Aquí corre el viento, como suele ocurrir en todos los collados, pero la vista que hay compensa el fresco que pasamos.
Llegamos ya al collado entre las dos cimas.
Vistas hacia el valle desde el collado entre Foratatas.
Después de haber comido algo y de habernos calentado un poco al sol, nos ponemos los cascos y empezamos a bajar por la pendiente inclinada que nos permite pasar a la otra vertiente del pico, la Sur. Esta pendiente hay que tomarla con precaución ya que un resbalón podría ser peligroso.
Descenso hacia la cara Sur del pico. Corredor inestable y muy inclinado.
Cuando ya hemos descendido este corredor de piedra suelta y con bastante inclinación, nos encontraremos con una fajeta a nuestra izquierda, es la denominada "Vira Sur". Dicha fajeta es de terreno herboso y aunque vista desde abajo puede pensarse en algo estrecho y peligroso, una vez en ella no lo es tanto. De todos modos, abstenerse de hacer el payaso en zonas así, obviamente.
Vista de la "Vira Sur" en su comienzo.
Pasamos por la fajeta sin complicaciones y cuando esta llega a un alto y se encuentra con un precipicio es momento de parar, aquí es donde comienza lo bueno. Una flecha roja nos indica el inicio de la trepada por una chimenea estrecha y muy vertical, es el punto más difícil de la subida, un grado II+ que dispone de un par de puntos de anclaje para montar rápel si se desea, a la bajada.
Primera chimenea de la ascensión a la Foratata Oriental.
Comenzamos a subir y a mitad de la chimenea nos asalta la duda de si tirar por donde vamos o irnos a la izquierda, ya que vemos otro anclaje de rápel allí. Preferimos tirar rectos por donde vamos ya que los apoyos son firmes y no faltan presas, aunque en algún punto haya que estirarse un poco.
Juan Carlos saliendo de la primera de las chimeneas.
Una vez pasada esta primera chimenea hay que girar a la derecha por terreno inclinado pero sin necesidad de trepar, aquí empezamos a ver puntos rojos y alguna flecha de vez en cuando.
Salida de la primera chimenea.
Giro a la derecha, hacia el Este.
Cuando superamos este tramo hacia la derecha (E) pasamos al lado donde el sol nos dará de lleno y la hierba va despareciendo para meternos en terreno mucho más rocoso.
Zona del diedro. La roca es la que manda desde ahora.
Pasaremos ahora por una especie de pasillo siguiendo los puntos rojos antes citados. Debemos superar un paso muy expuesto aunque corto para flanquear unas rocas y luego superar un diedro muy representativo. Después ascender por un corredor bastante inclinado con alguna estrechez que obliga a utilizar las manos.
Estrechamiento después de la zona del diedro.
Juan Carlos ascendiendo el corredor ya cercano a la cima.
Cerca de la cima, tras el último corredor/chimenea la pendiente se va atenuando y ya solo es andar buscando la parte más cómoda para llegar a ella. Estamos ansiosos porque sabemos que lo difícil quedó atrás y queremos disfrutar de las vistas en un día como el de hoy.
Llegamos a la cima y estamos solos, las vistas son grandiosas y reconocemos multitud de picos, Balaitús, Infiernos, Arriel, Palas, Collarada, Bisaurín, Musales, Pazino, etc. Abajo vemos Sallent y el embalse de Lanuza con poquísima agua. No hace mucho frío así que hacemos fotos y nos sentamos plácidamente a disfrutar de este mirador natural.
Vistas hacia Arriel, Palas y Balaitús.
Si hay foto, hay cima. Foratata Oriental (2341m).
Vistas hacia Infiernos y las Argualas.
El otoño va reconociéndose en las inmediaciones de Sallent de Gállego.
Pasamos un buen rato en la cima y después de comer tranquilamente y hacer todas las fotos que nos apetecieron y más, volvemos por el mismo camino de subida. Ahora la cosa es algo más delicada ya que en algunos puntos se tratará de destrepar y es entonces cuando más hay que estar atento a los movimientos que hacemos.
La zona del diedro y el pasillo vista a la bajada. Al fondo, Formigal.
La zona que más nos costó destrepar, como era de esperar, fue la de la primera chimenea de subida ya que aunque hay varias presas, al bajar no se ven tan claras y no conviene apresurarse sin estar seguro. Este vídeo que grabó Juan Carlos es una buena muestra:
Cuando llegamos abajo de la vía respiramos aliviados y contentos por haber subido a este pico y sobre todo por haberlo bajado sin incidencias. Retornamos por la faja en busca del collado y subimos por el desagradable corredor inclinado. Aquí decidimos que podíamos subir a la otra punta y así completar la jornada, así que sin parar tomamos la senda de vuelta hasta que se separa un ramal que se dirije directamente hasta la otra Foratata. Al principio es senda por zona de hierba y luego hay que superar una zona más de piedra con algunos escalones que nos dejarán arriba. Desde esta otra punta hay una vista preciosa de su hermana, la Foratata Oriental.
Camino de la Foratata Occidental.
Vista de la Foratata Oriental desde la punta Occidental.
Cima de la Foratata Occidental (2292m).
En esta otra cima estamos poco rato, lo justo para las fotos obligadas y descendemos de nuevo por donde subimos. Cuando llegamos a su base retomamos el camino de vuelta satisfechos y a buen ritmo iremos perdiendo altura hasta llegar al aparcamiento, dando por concluída la actividad de hoy. Una actividad exigente, no tanto desde el punto de vista físico como el técnico, pero que nos ha gustado mucho y que a mi personalmente después de dos meses y medio sin subir ningún pico, me lo pedía el cuerpo. A la vuelta por la carretera paramos a hacer una foto a esta peña que es el símbolo del Valle de Tena.