PRIMER DÍA:
Salida: Aparcamiento de la presa de Cavallers (1700m)
Llegada: Comaloforno y Estanyet de Riu Malo (Vivac a 2500m)
Desnivel positivo acumulado: 1330m
Tiempo empleado en total: Nos costó mucho tiempo debido a una pájara que sufrí en la subida al pico y posterior recuperación, comida, descansos. En fin, nos lo tomamos con calma.
Distancia recorrida: 7.32km
SEGUNDO DÍA:
Salida: Estanyet de Riu Malo (2500m)
Llegada: Besiberri Nord y aparacamiento de la presa de Cavallers.
Desnivel positivo acumulado: 550m
Desnivel negativo de bajada: 1240m
Tiempo empleado en total: 6 horas contando la subida al pico y posterior regreso al coche.
Distancia recorrida: 7.0km
Recorrido completo: Aparcamiento presa de Cavallers (1700m) - Estany glaçat de Comaloforno - Pic de Comaloforno (3033m) - Estany glaçat de Comaloforno - Estanyet de Riu Malo (vivac-2500m) - Besiberri Nord (3012m) -Estanyet de Riu Malo - Aparcamiento presa de Cavallers (1700m)
Ascensiones realizadas con Juan Carlos.
Descarga el track del primer día: https://es.wikiloc.com/rutas-alpinismo/comaloforno-desde-cavallers-25-07-2020-55728088
Ruta del primer día marcada sobre el mapa del IGN.
Descarga el track del segundo día: https://es.wikiloc.com/rutas-alpinismo/besiberri-nord-desde-riu-malo-26-07-2020-55728652
Ruta del segundo día marcada sobre mapa del IGN.
DESCRIPCIÓN:
Volvemos Juan Carlos y yo a tierras catalanas muchos años después de hacer los tresmiles del macizo de la Pica d´Estats. Esta vez fuimos a hacer algo más llevadero, en principio, y a la saca no meteríamos tantos tresmiles como entonces. No conocíamos la zona más allá de visitar algunas de las hermosas poblaciones cercanas con sus conocidas iglesias declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2000.
Llegamos pues un sábado bastante temprano al aparcamiento que hay tras pasar la localidad de Caldes de Boí y recorrer una pista asfaltada hasta los pies de la presa de Cavallers. Nos indican al llegar que no podemos llegar a la parte alta de la presa con el coche y que debemos dejarlo en el primer parking. Una vez preparados nos ponemos en marcha a eso de las nueve de la mañana subiendo tramos de escaleras y un rato por senda hasta llegar a lo alto de la presa. Se abre el panorama y cruzamos al otro lado para empezar la ruta propiamente dicha. Aquí el camino está muy poco marcado o es que la vegetación lo invade todo, el caso es que no se ve muy bien la senda pero más o menos nos vamos orientando gracias a algunos hitos y a referencias que teníamos estudiadas de reseñas que leímos. Pasamos por un par de pasos estrechos y en el que vimos que la gente pasaba bajo una piedra nosotros lo sorteamos pasando por una repisa que había por su derecha. Más cómodo.
El camino va haciéndose más evidente conforme nos metemos más en el bosque y hay menos piedra en el suelo y más tierra. Agradecemos la sombra de los árboles ya que hoy dan calor y aquí le pega por la orientación que llevamos. Tras un buen tramo de bosque llegamos al final del mismo y paramos un rato a picotear y beber algo. Desde aquí vemos el collado al que debemos llegar tras atravesar praderas a media ladera. El sitio cada vez es más salvaje, solo vemos a unos escaladores en las paredes que hay enfrente del bosque. El camino hasta el collado no tiene pérdida y además es más tendido que la subida fuerte que hay desde la presa hasta el final del bosque.
Una vez en el collado no vemos muy claro el camino pero después de consultar el mapa y el GPS tenemos claro qué orientación tomar y aunque no vemos una senda clara sí estamos seguros de hacia donde ir. Trazamos entonces un giro de 90º sobre la marcha que llevábamos hasta entonces y nos dirigimos dirección oeste. Vamos salvando pedruscos, vemos algún hito perdido pero vamos sobre el track y eso nos da confianza. Tras alguna pequeña embarcada buscando el paso correcto a una zona algo más alta llegamos por fin a la zona en la que se ubica el bonito Estany glaçat de Comaloforno, donde haremos una parada algo más larga que la anterior para comer más y recuperar algo de fuerza. Esto último ya no lo tengo yo tan claro que fuera así, ya que después de dejar las mochilas bajo una gran roca, tomamos camino al Comaloforno. Primero descendemos hasta una pequeña vaguada y luego iremos recuperando altura por grandes bloques y alguna traza de senda, hasta llegar a la zona que todavía guardaba nieve. Aquí yo empiezo a sentirme realmente mal, veo que Juan Carlos cada vez está más lejos y que yo cada vez voy peor, aún así no nos perdemos de vista apenas. La pájara cada vez es mayor y me cuesta dar tres pasos sobre la nieve, con todo consigo ir pasito a pasito hasta los pies del pico, Juan Carlos debe llevar un buen rato ya arriba. No veo muy bien por donde subir ya que he perdido los hitos y veo una chimenea que, aunque es muy vertical, tiene buenos agarres y parece segura. La otra alternativa era tomar un corredor con piedrecilla suelta que sería infumable y es que esta zona cercana al pico está muy rota desde muchos metros atrás, es asqueroso subir por este tipo de zonas. Bueno, como digo, subo por esa chimenea con algún paso que yo diría de grado III pero llego a una zona despejada y que me permite recorrer un corto tramo de cresta para llegar a la cima del Comaloforno (3033m).
La sensación es agridulce, como siempre que se llega a una cima en estas condiciones de cansancio extremo. Por un lado contento por haber llegado pero por otro deseando llegar abajo y descansar, estaba reventado. Muy mal ir así a la montaña, lo sé.
Después de las fotos (estaba yo para fotos...) de rigor, bajamos por el otro lado y nos planteamos subir al Bessiberri Sur pero yo no tengo ganas, solo quiero bajar. Me siento mal por Juan Carlos, sé que él va sobrado, y le digo que suba él y que yo voy bajando pero su sentido de compañerismo montañero le hace renunciar a subirlo para acompañarme en la bajada. Volvemos para rodear el Comaloforno y bajar por ese corredor pestoso que comentaba antes, aquí todo se va abajo, rotísimo, y hay que descender con sumo cuidado de no tirar piedras abajo, aún así es casi imposible por lo que bajamos muy juntos. Cuando llegamos de nuevo a la nieve respiramos, se acabó la parte horrible del descenso y solo queda ir perdiendo metros aprovechando todo lo que podamos la nieve. Cuando llegamos a donde las mochilas yo no soy persona, me obligo a comer algo pero lo vomito, solo me entra el agua y de esas maneras. La cosa está chunga y aún debemos ir al Estanyet de Riu Malo donde tenemos previsto vivaquear.
Tras un buen rato y cuando me voy encontrando mejor volvemos a ponernos en marcha. Vamos buscando un camino que faldee sin perder demasiada altura ya que yo no estoy para remontar metros sino para perderlos. El camino es amable y cuando vemos abajo el estanyet de Riu Malo ya veo por fin la luz, allí podré echarme un rato y descansar. Bajamos esos metros que nos quedan y vemos un vivac cerca del ibón muy plano y limpio, ¡es nuestro!
Allí cargamos agua en el torrente que viene de arriba, nos refrescamos y nos descalzamos... y cuál será mi sorpresa que veo la parte trasera de la suela de mis dos botas colgando, ¡de las dos! No podían salir peor las cosas, mis Sportivas que tantos tresmiles me han ayudado a subir están hechas unos zorros, ya veremos mañana si aguantan.
Cenamos pronto, lo poco que me entra, y enseguida nos metemos en los sacos. No hace demasiado frío pero sí fresco y el cansancio es monumental así que dormito todavía de día y cuando anochece ya del todo disfruto a ratos del espectáculo de estrellas, sencillamente espectacular. Indescriptible.
A la mañana siguiente nos levantamos con las primeras luces, yo desayuno con algo más de apetito, eso es buena señal. Cuando recogemos todo nos vamos para arriba siguiendo los hitos, aquí sí numerosos, y yo voy mirando de vez en cuando a mis suelas; de momento aguantan, no va a más el roto.
Salimos a la zona alta y nos empieza a dar el sol, que ya calienta. Seguimos por zona de caos de bloques y luego senda que rodea un contrafuerte para en un momento ver en todo su esplendor el Bessiberri Nord y toda la cresta hasta el Comaloforno. Una maravilla.
Cuando llegamos a los pies del coloso, dejamos las mochilas y nos ponemos a trepar, esto sí que nos va, se me olvida el cansancio y empiezo a sentirme muy a gusto. Poco a poco vamos ganando metros estando muy atentos a los hitos ya que, aunque la roca es buena, una caída aquí sería fatal y enriscarnos tampoco apetece, la verdad. Llegamos al paso clave, una placa de grado III que se supera mejor si la pasas pegado a la pared derecha; nosotros como de costumbre nos hemos separado de la pared y la pasamos bien pero por peor zona.
Llegamos arriba, a la cima del Besiberri Norte (3012m) y el panorama es espectacular, cantidad de ibones por todos los lados, la cresta se atisba afilada y entretenida, aunque supera nuestro nivel ya que sabemos que hay un rappel. Nos deleitamos un rato y bajamos a por las mochilas cuando nos cruzamos con unos chavales que habían pasado la noche también en el estanyet. Les guiamos en la zona clave de la subida y nos despedimos de ellos, cogemos las mochilas y ponemos rumbo de nuevo al Estanyet de Riu Malo pero antes paramos en la zona de bloques a comer algo y ponernos crema solar ya que vamos a tener el sol todo el rato pegándonos duro hasta llegar a la presa.
Pasamos el Estanyet de Riu Malo y tomamos la senda que baja por el torrente. Es una bajada que se hace larga, el cansancio se acumula y queda mucho hasta el coche. Pero por fin llegamos a la cola de la presa de Cavallers y descansamos admirando la belleza salvaje de este rincón del Pirineo. Nos ha gustado muchísimo la zona. Después de comer algo y descansar un buen rato a la orilla del embalse nos volvemos por el camino que va recorriendo la orilla izquierda en sentido descendente. Pronto estaremos en el aparcamiento, estiraremos bien y me vuelvo a prometer a mí mismo que debo hacer más deporte para no llegar en tan baja forma a la montaña. A ver si hago algo para remediarlo.
PD: Las suelas de las botas aguantaron todo el trote sin despegarse más. Menos mal...
Qué mal se pasa cuando te dan esas pájaras grandes. Afortunadamente al día siguiente ya estabas recuperado.
ResponderEliminarEs curioso porque a mí me dio también un mareo muy grande cuando hice el Besiberri Sur y me tuve que tumbar al bajar en la presa porque todo me daba vueltas. Era un día de mucho calor y creo que me deshidraté.
Y enhorabuena por las cimas. Yo el Besiberri Norte no lo tengo, es uno de mis pendientes de siempre. Veo que lo subisteis a pelo.
A cuidarse... y esas botas igual las tienes que jubilar :-)
Hola David, ¿qué tal?. Sí, al día siguiente estaba más o menos decente y por eso me animé a subir al Besiberri, pero la de cosas que te pasan por la cabeza cuando te encuentras tan mal. La bajada de moral es fuerte.
ResponderEliminarLos dos días fueron de mucho calor y se unió una baja forma física (maldito confinamiento) con una mala hidratación y comer poco. Casi nada, una mezcla explosiva.
El Besiberri norte lo subimos a pelo, sí, nosotros no dominamos la cuerda pero no se nos da mal trepar por lo que sabemos donde podemos meternos, más de grado III nada de nada.
Un saludo y me alegro de verte por aquí.
PD: Ya están jubiladas las botas, han cumplido con creces su cometido durante 9 años.