LA FRASE

LA FRASE: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo" (Ramón Trecet).

Cresta Espadas-Posets. (22-23 de Julio de 2009)

Salida: Refugio Ángel Orús (2095m).
Llegada al punto más alto: Posets (3375m).
Desnivel: 1400m netos, unos 2100 acumulados.
Tiempo empleado para todo el recorrido: 9 horas y media incluyendo paradas.
Cobertura de móvil: En la cima de Posets escasa pero suficiente, en el Refugio nula.


Cimas ascendidas en el día: Tuca Forao de la Neu (3080m) - Diente Royo (3010m) - Pico Pavots (3121m) - Pico Las Espadas (3332m) - Tuca de Llardaneta (3311m) - Tuqueta Roya (3273m) - Pico Posets (3375m) - Diente de Llardana (3085m).

Ascensión realizada con Juan Carlos.

Croquis de la ruta seguida para las ascensiones.


INTRODUCCIÓN:

Tras unos cuantos intercambios de correos electrónicos sobre alternativas, posibles escapadas, previsiones meteorológicas  y tras conseguir yo el “permiso” que necesitaba nos dispusimos Juan Carlos, Iñaki y yo a desplazarnos hasta este bello rincón del Pirineo enclavado en la Ball de Benás para hacer unas pateadas por la zona. Iñaki decidió hacer un bonito recorrido circular (Ibones de Perramó, Escarpinosa y Batisielles), mientras que jcarlos y yo iríamos a la caza de unos cuantos tresmiles, en concreto 8 esbeltas cimas de más de 3000m que componen la llamada Cresta Integral Espadas-Posets.

PRIMER DÍA:

APROXIMACIÓN:

Quedamos en Huesca como punto de encuentro y de allí por la N-240 nos dirigimos a Barbastro donde se toma dirección Graus, más tarde Campo y siguiendo esta carretera tras pasar los congostos de Campo y del Ventamillo llegamos a la localidad de Eriste/Grist por la A-139. Tras pasar el pueblo, vemos una instalación hidroeléctrica que también debemos pasar y en unos metros hay un cartel indicador en la carretera que nos señala la pista que hay que coger a la izquierda de la carretera. Esta pista gana altura rápido y con fuerza pero al menos está asfaltada por lo que no hay problema. Es estrecha y hay que cruzar los dedos para no encontrarte con nadie en sentido contrario. El asfalto termina y comienza un tramo de piedra con algunos baches pero con cuidado y marchas cortas se pasa. Nosotros dejamos el coche en un ensanchamiento de la pista que hay a unos 1350m ya que el auto dijo basta y se negó a subir el tramo de pista que queda hasta el final, unos 10-15 minutos andando. Debió recalentarse o es que mis dos compañeros de aventura se han pasado un poco este verano con la comida…jeje.

Una vez dejado el coche convenientemente retirado de la pista, la seguimos hasta el final donde una zona bastante ancha permite el aparcamiento de una docena de coches. Aquí termina la pista, se llega a la conocida Cascada de Espigantosa y comienza la senda que nos lleva al Refugio de Ángel Orús por el PR-HU 11.


La bonita y conocidísima cascada de Espigantosa.

El camino discurre por bosque así que agradecemos la sombra que nos otorgan los árboles y sobre todo a estas horas, las seis de la tarde más o menos. No tiene pérdida ya que además de que es PR, está muy trillado por la gente que se dirige a hacer el Posets. Vamos dejando el torrente de la Aigüeta de Grist abajo a nuestra derecha según se sube. En una hora y veinte minutos llegamos al Refugio donde nos registramos y nos espera una cenita caliente y copiosa pero sobre todo una habitación limpia con baño dentro de la misma.

Ya llegamos al Refugio de Angel Orús o del Forcau.


SEGUNDO DÍA:

ASCENSIÓN A LA TUCA FORAO DE LA NEU:

Nos despertamos a las 5.40 para desayunar de los primeros, a las 6. Una vez desayunados y con algo de pereza nos preparamos, dejamos algo de peso innecesario en el refugio y a las 6.30 estamos andando. El camino es el que sale detrás del refugio, ganando altura por un sendero muy marcado además de por las abundantes personas que por aquí pasan, porque es una variante del GR-11, en concreto la GR-11.2 así que no hay pérdida. Llegamos en una media hora a la bifurcación señalizada en un poste con tres flechas de madera. Nuestro camino seguirá dirección Collado de Eriste mientras que Iñaki después de darle la brasa jcarlos para que se viniera con nosotros a la cresta sigue con su plan del recorrido entre ibones para lo cual toma el camino Collado de la Piana.

Cruce de caminos al poco de salir del refugio.
 
Tras despedirnos y desearnos suerte volvemos a caminar con ritmo firme, madrugar ayuda y a estas horas se anda muy bien. Después de un rato cogiendo altura y cruzando el torrente vemos asomar parte de la cresta donde luego estaremos, el collado de Pavots con su nevero característico nos saluda a lo lejos.

Ya asoma a lo lejos la cresta que subiremos.

El camino va dejando la entrada a la Canal Fonda a nuestra derecha y continúa subiendo sin demasiada pendiente. En un momento dado hay que estar atentos pues hay mojones a la derecha del camino pero no son fáciles de ver, menos mal que jcarlos más o menos sabía por dónde debía aparecer el desvío. El ibón de Llardaneta aparece abajo a nuestra izquierda, con los primeros rayos de sol acariciando sus aguas.

El gran ibón de Llardaneta.
 
Cuando se coge el desvío ya no se pierde, está menos marcado que el GR que llevábamos pero hay suficientes mojones para no desorientarse. Llegamos a un sitio que nos dejó boquiabiertos, casi dos horas después de haber salido llegamos a un “plateau” en el que reina la soledad, la piedra y el hielo, realmente sobrecogedor.

El territorio de la roca y el hielo.
Vemos ya la Tuca Forao de la Neu que debemos rodear a la par que ir ganando altura hasta alcanzar un collado que tiene al oeste del pico. Aquí si que se va un poco a las bravas pero no hay peligro, superando pequeñas gradas y dando el comentado rodeo llegamos al collado desde el cual no hay más que andar un poco para hollar la primera cima del día, la Tuca Forao de la Neu con sus 3080m, el aperitivo de un gran día de alta montaña pirinaica. El viento sopla en altura así que hay que abrigarse un poco con al cortavientos; hacemos las fotos, bebo algo y nos vamos para el siguiente.

Primer tresmil de la jornada, Tuca Forao de la Neu (3080m).

ASCENSIÓN AL DIENTE ROYO: 

Volvemos a la marcha después de la Tuca Forao de la Neu y ahora debemos regresar al collado previo a la cima y de aquí ir haciendo un flanqueo a media ladera para ir a salir a una de las horcadas que hay situadas entre el Pico Pavots y el Diente Royo. La bajada del collado no reviste ninguna dificultad y en principio el resto tampoco salvo un poco de orientación, pero en nuestro caso encontramos un nevero prácticamente helado que nos puso las cosas bastante difíciles. Cierto es que íbamos sin crampones ya que la cresta sabíamos que estaba limpia y la poca nieve que podíamos encontrar dábamos por hecho que a estas alturas de la temporada estaría muy blanda; craso error ya que este nevero debía recibir muy poca insolación y se encontraba durísimo, lo pasamos muy despacio y dando patadas al hielo para trazar los escalones por los que progresaríamos con mucha precaución pues un resbalón no era nada deseable. La opción hubiera sido bajar hasta casi el plateau anteriormente recorrido y volver a subir por el otro lado del nevero pero era mucho desnivel de bajada…

Así las cosas y una vez pasado el nevero, respiramos más tranquilos y aceleramos el ritmo para, por esa media ladera, ir a parar en medio de la cresta que une el Pavots con el Diente Royo. En este punto dejamos las mochilas, y nos vamos hacia el Diente Royo trasponiendo varias cotas que sobresalen sin llegar a esa "mágica" cifra de los 10 metros.

Arista hacia el Diente Royo.


Está algo más lejos de lo que en un principio pensamos, nos cuesta unos 15 minutos llegar a la segunda cima del día, el Diente Royo, de 3010m, el más pequeño de los tresmiles de la cresta. Podemos ver allí abajo el Ibón de Llardaneta y una fila india de chicos que quizás perteneciesen a algún campamento y que nos dieron una imagen curiosa con las aguas reflejando el sol. Fotos de cima a nosotros, a lo que todavía nos queda de cresta, a la zona de Eristes y Forquetas, etc. y vuelta a por las mochilas.

Los senderistas parecen hormiguitas desde aquí arriba.

ASCENSIÓN AL PICO PAVOTS: 

El viento arrecia en la cresta, viene de la parte de Biadós y algunas rachas incomodan el transitar por la misma; confiamos en que no nos haga desistir en nuestro empeño de acabar todo el cresterío. Una vez que hemos recogido de nuevo las mochilas nos ponemos en marcha para dar alcance a la  ya cercana cima del Pico Pavots. Ahora hay alguna trepada que nos sirve un poco de calentamiento para lo que viene después, ya que hasta el momento apenas hemos puesto las manos en la roca.

Juan Carlos abriendo camino cerca de la cima del Pavots.

Superamos una cota previa al Pavots, y en pocos minutos conseguimos llegar a la cima del Pico Pavots, de 3121m, con el mojón cimero y un palo puesto en él. Desde aquí empezarán las verdaderas dificultades de la cresta así que tomamos algo de líquido, hacemos las fotos de rigor y contemplamos lo que nos queda de recorrido, cinco tresmiles más nos esperan y no hay mucho tiempo que perder.

Cima del Pico Pavots (3121m). Detrás, todo lo que queda de cresta...

ASCENSIÓN A LAS ESPADAS:

Después de hacer el Pavots bajamos hacia su collado del mismo nombre donde hay un nevero que por lo que sé suele durar bastante pero como es venteado se puede pasar al lado sin pisarlo y sin ningún problema. El viento es más fuerte en el collado, así que cuando de nuevo volvemos a encaramarnos a la cresta tras este breve respiro por el collado vamos buscando más la vertiente Este que la Oeste. Como ya dije lo entretenido de la cresta se condensa en este tramo entre el Pavots y Las Espadas y es que es una sucesión de montículos y horcadas o pequeños collados por los que transitar a veces se pone algo chungo.



Hay en concreto un par de muros o zonas catalogados como de dificultad II+ donde se hace preciso el uso de las manos buscando las presas. No son excesivamente complicados si se está medianamente acostumbrado pero es más el estar medio colgado de una pared con el vacío a nuestros pies lo que puede dar más impresión, esto ocurre cuando se hacen un par de breves flanqueos por la vertiente de Biadós para salvar zonas inaccesibles si no es con cuerda. 

Pasamos una de estas zonas y luego cresteamos más o menos por el filo, a veces de pie y otras con someros apoyos de las manos. Las nubes pasan rápido sobre nuestras cabezas y nos fastidia perder esa visibilidad del paisaje, que siempre se agradece, al menos en la propia cresta no se pierde la visibilidad en ningún momento, algo que se torna imprescindible para no meterse en ningún lío y quedarnos atascados. Después de esta primera zona decidimos parar un poco en un lugar que me gustó especialmente, era apoyados en una gran roca que nos guarecía del viento a la vez que nos servía de respaldo para poder hidratarnos y comer algo, que llevamos ya unas horas sin comer apenas. Es como un balconcito a más de tresmil metros con unas vistas excepcionales. Nos hubiera gustado quedarnos más tiempo pero hay que apremiarse; aprovecho para ponerme los guantes, unos cortes previos hechos con algunas rocas y el frío me quitan algo de sensibilidad en los dedos y prefiero tenerlos calientes para lo que nos queda, que no es poco.

Uno de los muretes que hay que superar con cuidado.

Nos ponemos en marcha y tras pasar alguna trepada más, nos encaramamos ya en la ancha cima del pico Las Espadas. El panorama es soberbio, podemos divisar gran cantidad de montañas cuando las nubes lo permiten pero destaca una que tenemos ahí cerquita, el gran Posets, pronto llegaremos a él.

Cima del Pico de Las Espadas (3332m). Al fondo, el Posets.


ASCENSIÓN A LA TUCA DE LLARDANETA:


Conforme nos acercamos al final parece que las fuerzas van aumentando aunque realmente disminuyen, lo que sube es la moral ya que vas superando dificultades y cada vez estás más cerca de tu objetivo. Bajamos con precaución al collado que separa Las Espadas de la Tuca de Llardaneta, hay que estar atentos y a veces hay que poner las manos, sin más. En breve llegamos a uno de los pasos característicos de esta cresta, se trata del denominado “paso horizontal”, que no es sino una arista afilada de unos 15m de largo por la que se puede pasar andando si uno se ve con confianza.

El paso horizontal visto con zoom desde el Espadas.
Cruzando el paso horizontal con cuidado.
 
Tras este paso, toca trepada y ya estamos en otra cima, la Tuca de Llardaneta, de 3311m. Fotos rápidas en la cima, hacia Posets, hacia Las Espadas, etc. y una mirada al Diente de Llardana que nos espera ahí abajo. Vamos a por la siguiente.

Cima de la Tuca de Llardaneta (3311m)

ASCENSIÓN A LA TUQUETA ROYA:

Subir a este pico viniendo de la Tuca de Llardaneta no tiene ningún misterio, solo debemos bajar a un collado que separa ambas cimas y de ahí a la Tuqueta Roya en un suspiro, no más de diez minutos. La única precaución es la bajada a dicho collado ya que al llevar unas cuantas horas el cansancio y el exceso de confianza no son buenos aliados.
Como en el anterior pico, fotos rápidas de cima y de lo que nos rodea, tomar algo de líquido y en marcha de nuevo.

Vista del Diente de Llardana desde la Tuqueta Roya.
En la Tuqueta Roya (3273m). Detrás, el Posets, el gran Posets.
 
ASCENSIÓN AL PICO POSETS:

Desde la Tuqueta Roya no queda ya nada para alcanzar la segunda cima de los Pirineos, el Posets. Simplemente hay que bajar al Collado Arlaud o Brecha de Llardana (3225m) y desde aquí comenzar una subida algo desagradable por una ladera pedregosa que con una débil traza de senda va subiendo hasta llegar a la cima del Posets. A jcarlos no hay quien lo pare, yo voy más justo pero alcanzo la cima en breve con gran alegría.

Alcanzamos la cima del Posets, el segundo pico más alto del Pirineo.


Hemos conseguido hacer toda la cresta de Espadas-Posets y eso se refleja en nuestros rostros, tapando así la fatiga acumulada. Hacemos las fotos cimeras aunque las nubes apenas nos dejan unos segundos valiosos para aprovechar e inmortalizar el paisaje. Ya solo queda uno, el Diente de Llardana, y es de vuelta así que a por él.

Las nubes juguetean en el Diente de Llardana.
 
ASCENSIÓN AL DIENTE DE LLARDANA:

Bajamos pues del Posets por la vía normal que va a parar a la Canal Fonda. Nos cruzamos con un grupo de franceses que curiosamente van sin mochilas ni ropa de abrigo ni nada, extraña situación desde luego.
La bajada es por una pedrera con piedra suelta y menuda que nos deja en el llamado Collado del Diente (3010m). Aquí encontramos gente comiendo ya que es la hora pero nosotros que somos un poco raros… decidimos subir al Diente de Llardana antes de comer para lo que subimos un poco hasta unas grandes piedras donde dejaremos las mochilas. Desde aquí y con los bastones comenzamos a subir al Diente.

El Diente de Llardana se muestra inaccesible desde el collado.

Paradójicamente parece un pico inexpugnable visto desde el collado y solo apto para escaladores pero se puede subir perfectamente andando, e incluso como digo, con bastones ya que se trata de una serie de terrazas o repisas pequeñas (solo hay que poner las manos en un par de puntos por seguridad) que ganan altura cual escalones por lo que no es difícil en ningún momento. Lo que no quita para que no se deba resbalar bajo ningún concepto...

Así que en veinte minutos conseguimos llegar a su cima tras salir un momento antes a la arista que hay arriba.

Recorriendo los últimos metros de la arista cimera.
 
Desde la arista solo hay que recorrer unos metros y alcanzar el mojón cimero. Las vistas de toda la cresta que hemos hecho son magníficas, allí arriba quedan el Espadas, el Posets, Pavots, etc. En definitiva, un gran recorrido de alta montaña.

Juan Carlos y yo en el último tresmil de la jornada.
 
Descendemos al collado a recoger las mochilas y ahora sí, nos toca comer a nosotros con la satisfacción del trabajo bien hecho, jeje. Un rato después estamos bajando por la Canal Fonda y tomando el sendero que nos lleva al refugio Ángel Orús donde nos reunimos con Iñaki que también acaba de llegar de su caminata por los ibones. 

De regreso al refugio disfrutando del paisaje.

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