Justo un mes después de nuestra última ascensión quedamos Juan Carlos y yo para volver a subir algún pico y esta vez toca el Pirineo que hace meses que ninguno de los dos lo pisamos. Nos decantamos por esta clásica ruta que en invierno adquiere un interés especial. Este año hay nieve en cantidad y aunque llevamos unos días de calor la nieve acumulada todavía es mucha y nos va a permitir hacer una ascensión totalmente invernal, eso sí, con calor durante toda la jornada.
Llegamos a Lizara poco antes de las nueve y tras pelearme un rato con uno de mis bastones salimos a las 9:10h rumbo a nuestro destino (dicho bastón se tuvo que quedar en el coche al no poder alargar un tramo del mismo). Cabe destacar que el aparcamiento de Lizara estaba lleno y es que el fin de semana invitaba a salir al monte, por lo que dejamos el coche un poco más abajo junto a la carretera.
Pasamos el refugio y nos dirigimos por el camino que va subiendo y en pocos minutos abandonamos el sendero que se dirige hacia el Oeste, hacia el collado del Foratón, y tomamos el que pone rumbo Noreste y se interna en la parte alta del barranco de Audelca. Por aquí el sendero está muy marcado y unas pocas manchas de nieve van dando cada vez más ambientillo a la ruta. Conforme nos internamos en el barranco al ser la insolación mucho menor, la nieve va ganando terreno y en breve no hacemos sino pisar nieve continua. De momento no calzamos crampones ya que gran parte del terreno es casi llano y las pocas subidas son suaves e incluso hay huella. Llegaremos a un estrechamiento donde aflora el río que viene de la Plana Mistresa poco antes de llegar a esta. Cuidado con los puentes de nieve que se forman por encima del riachuelo, a según qué horas pueden provocar un disgusto al cruzarlos. A esta hora está dura la nieve y hay menos peligro.
Se supone que pasamos cerca de la cabaña de forestales pero nosotros no nos dimos cuenta, no sé si estaría enterrada en nieve (no creo) o pasamos algo más retirados del sendero de verano y por eso no la vimos.
Al llegar al precioso llano de la Plana Mistresa hacemos la primera parada del día, bebemos, picamos algo y, ahora sí, nos ponemos los crampones para afrontar el resto de la subida. Subimos a buen ritmo, vemos un grupo muy numeroso de esquiadores en la parte alta de la pala que lleva al collado de Secús, y poco a poco la inclinación irá subiendo hasta llegar a una parte algo más llana a unos 2200m. Poco antes he empezado a notar que no voy bien, me voy quedando rezagado y sufro un poco en la parte final de esta pala.
Llego donde me espera Juan Carlos y tras una brevísima parada tomamos rumbo sur para subir hacia el collado Bastés pero sin necesidad de llegar a él. En algún momento hay nieve muy dura y paro a sacar el piolet y ya de paso tomar resuello que buena falta me hace. Sigo yendo mal y no me recupero, todo lo contrario. Pero es pronto, hay día por delante y confío en superar el bache... Iluso de mí; no sé si por el calor, o por no hidratarme bien o por no comer cada poco, el caso es que la pájara ya se ha instalado en mi cuerpo, a Juan Carlos ya ni lo veo, tengo a los esquiadores cada vez más lejos y eso que se las han visto para subir por esta zona, algunos iban muuuy despacio. Paro otra vez, me como una manzana y vuelvo a beber; esto me da algo de energía, no mucha pero los intervalos en los que ando van siendo mayores que los que estoy parado. Cuando llego casi arriba de la glera (hoy cubierta de nieve) me siento en una piedra que aflora, me quedan unos 60m de desnivel hasta la cima y aviso por teléfono a Juan Carlos de mi posición ya que seguro que está intranquilo o cree que me he vuelto. Son momentos duros, te hacen pensar muchas cosas pero el paisaje ahí está, es la recompensa a tanto sufrimiento, el llegar a tu límite te hace más fuerte, sin sufrimiento no hay premio así que tras unos minutos parado vuelvo a levantarme y en poco cruzo a la otra vertiente, paso a la sur por esa cresta que tantas veces he visto y que hoy, sin cornisas, va a ser mi pequeño "paseíllo" hasta la cima. Llego exhausto, destrozado, pero por fin voy a estar un rato largo sentado cogiendo fuerzas y aunque no me entra nada sólido al menos bebo y descanso. Juan Carlos como buen compañero que es me anima y me da consejos; ha estado un buen rato esperándome en la cima y me siento mal por él, se le habrá hecho eterna la espera pero él como si nada, sigue con sus bromas y poco a poco me voy sintiendo mejor. Esperamos a que el numeroso grupo de esquiadores empiece a descender y en poco tiempo lo hacemos nosotros teniendo cuidado ya que la nieve en esta vertiente está muy pesada, el sol le ha estado dando a base de bien. Cerca del final de la pala optamos por hacer "culo-esquí" y bajar más metros en menos tiempo.
En el collado del Foratón quitamos crampones y ya bajaremos tranquilamente hasta el refugio buscando los neveros para bajar acortando y de paso dando un descanso a nuestras rodillas.
Afortunadamente todo salió bien en cuanto a la finalización de la ruta pero tardaré tiempo en olvidar este bajón que he tenido hoy, hacía muchos años que no me pasaba y la verdad es que espero que pasen muchos más.
Vista del Bisaurín desde el refugio de Lizara.
Entrada al barranco de Audelca. La nieve va ganando terreno.
Avanzando por el barranco y dentro de poco nieve continua.
Puentes de nieve peligrosos sobre el riachuelo que viene de Plana Mistresa.
Llegamos a la Plana Mistresa, hoy más blanca que nunca.
Desde la Plana Mistresa hacia el collado de Secús.
Vista atrás de la Plana Mistresa. Al fondo, el Pico Olibón y la entrada al Valle de los Sarrios.
Nueva vista atrás esta vez desde lo alto de la primera pala.
Ancha canal por la que subiremos camino del collado de Bastés.
Parte del grupo de esquiadores en la parte más inclinada de la canal.
Agujero en el collado Bastés.
Por fin salgo a la cresta con la cima del Bisaurín al alcance de la mano.
Ya voy llegando a la cima; Juan Carlos me saca esta foto en pleno sufrimiento.
Foto de cima. Las vistas del Pirineo son impresionantes este día, la nieve cubre todos los picos.
La lista de picos es larga, dan igual, el paisaje en general es magnífico.
Mirada abajo en el descenso de la pala sur al collado del Foratón.
Hola Miguel Angel,
ResponderEliminarUna circular bonita y clásica. Lo del bajón te entiendo perfectamente, a todos nos ha pasado alguna vez (al menos a mí), se sufre y hay que tirar de cabeza cuando las piernas no responden, pasito a pasito.
Afortunadamente las recuperaciones suelen ser rápidas cuando se llega al coche, se come un poco y si se tercia con una buena cerveza.
Salud!
Hola David, cierto, es una lucha entre la cabeza, que quiere seguir y las piernas que no pueden, no tiran. Pero bueno, completé la circular y disfruté de la jornada, que es de lo que se trata.
ResponderEliminarEra mi tercera subida esta montaña, la primera por la norte y en invierno y eso me hacía tirar para arriba.
La hidratación posterior mereció la pena, era una esponja, jeje.
Un saludo y gracias por comentar.
Venga Miguel!!! Que un mal día lo tiene cualquiera y si tú en un mal día subes 1300 m. De desnivel por palas nevadas, miedo me das cuando lo tengas bueno, je, je. Yo por mi parte disfruté de toda la jornada, incluida la estancia en la cima (¡menudas vistas!).
ResponderEliminarPara la próxima salida ya verás como no te aguanto el ritmo. Saludos!!
Hola Juan Carlos, ojalá fuera así pero mucho me temo que fuerte, lo que se dice fuerte pocas veces voy, cuando estoy bien llego entero y no me canso, pero vamos que ya sabes que no soy un portento, jeje, más me valdría entrenar algo.
ResponderEliminarA ver si en la siguiente voy mejor y no doy tanta pena...
Un saludo y gracias por entrar.