LA FRASE

LA FRASE: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo" (Ramón Trecet).

Eristes y Forquetas. (5-6 de Julio de 2011)

Ascensión a 5 tresmiles del sector Posets-Eriste por la vía del Valle de la Aigüeta de la Ball con vivac en los Ibones de Bagüeña y descenso por Ibón de Llardaneta y Refugio Ángel Orús. De nuevo, Juan Carlos y yo volvemos a hacer una de las nuestras y encadenamos una serie de tresmiles y además por un lugar poco habitual, el precioso Valle de la Aigüeta de la Ball, naturaleza y soledad en estado puro. Disfrute total.

Mapa con el recorrido completo:

Mapa de las dos jornadas, recorrido íntegro.
Recorrido realizado: Santuario Birxen de Guayén - Basetas de Bagüeña (Vivac a 2540m) - Eriste Sur (3045m) - Eriste Central o Gran Eriste (3053m) - Eriste Norte o Pico Beraldi (3025m) - Forqueta Sureste (3004m) - Forqueta o Turets (3007m) - Ibón de Llardaneta - Refugio Ángel Orús - Puente de Tramarrius - Santuario Birxen de Guayén.

Datos Técnicos del primer día:

Salida: Santuario de la Birxen de Guayén/Virgen de Guayente (1100m).
Llegada: Ibones de Bagüeña y vivac en Basetas de Bagüeña (2540m).
Desnivel acumulado: Unos 1500m.
Tiempo empleado: Unas 5 horas, paradas incluídas.

Perfil de la ruta del primer día.
Datos Técnicos del segundo día:

Salida: Basetas de Bagüeña (2540m). Vivac.
Ascensiones: Picos de Eriste (3) y Forquetas (2).
Llegada: Santuario Birxen de Guayén bajando por Refugio Ángel Orús y Puente de Tramarrius.
Desnivel acumulado de bajada: Según el GPS... 2600m!!!
Tiempo empleado: La nada despreciable cifra de 14 horas.

Perfil de la ruta del segundo día.
Debo agradecer desde aquí a Luis sus consejos sobre la ruta realizada, nos fueron de gran ayuda.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Partimos de La Almunia a eso de las 10.30 de la mañana, con tranquilidad y charla animada llegamos a Benasque sobre las 13.30h. Nos metemos en uno de los restaurantes que hay a la entrada y comemos un menú antes de empezar la jornada, será lo último que tomemos caliente en dos días. Después de comer volvemos por la carretera hasta pasada la población de Eriste donde hay un desvío que marca el Santuario de la Virgen de Guayente, donde dejaremos el coche. A las 15.15h comenzamos a andar. Hace calor aunque no llega a ser sofocante; lo peor es la hora para andar pero hemos de llegar lo más arriba posible para vivaquear cerca de nuestros objetivos.

Inicio del camino junto al Santuario de la Birxen de Guayén.

El camino va ganando altura muy suavemente alternando tramos de bosque con tramos a pleno sol y traza una media ladera que nos va adentrando en el Valle de Eriste antes de meterse de lleno en el bosque, más tupido, que nos llevará al coqueto Valle de la Aigüeta de la Ball. Este valle es una joya, personalmente lo considero una de las zonas más bonitas del Pirineo en las que he estado y es que a lo poco frecuentado que está se une lo salvaje de su vegetación donde apenas se intuye la senda en algunas zonas; lo que habla claro del poco tránsito que sufre. 

Cruzamos el torrente de la Aigüeta por una palanca de madera.

Valle de la Aigüeta de la Ball. Vemos una cabaña al fondo.
Pero si recorrer el valle es un regalo para los sentidos el clímax lo ofrece un rincón en especial, la Pleta de la Ball, este lugar invita a quedarse horas deleitándonos con las vistas y la tranquilidad que reina aquí. Nosotros paramos aquí tras unas dos horas de caminata y 900m de desnivel ganados.

Pleta de la Ball.
Otra mirada a la Pleta de la Ball.
Tras este descanso, donde luchamos contra los mosquitos, retomamos la marcha y es que nos queda lo más duro de la jornada de hoy, que es la ascensión de casi 400m de desnivel por una ladera con bastante inclinación que mezcla roca y hierba resbaladiza por lo que hay que ir con cuidado.

Algunas han hecho de este lugar su casa.
Esquema de por dónde debemos subir para llegar al llano de los Ibones de Bagüeña.
Vista hacia atrás en la subida a Bagüeña; da una idea del desnivel superado.
Subimos relativamente bien al principio, un poco por donde más o menos nos resulta más cómodo, si se puede decir así, pero llega un momento en el que yo sufro un bajón que, sin llegar a ser una pájara en toda regla, me deja con pocas fuerzas para ganar los últimos metros. Para colmo hemos subido unos metros más de la cuenta y ahora giramos a la derecha en suave descenso buscando el primero de los ibones, el Ibón de Bagüeña.

Ibón de Bagüeña, el primero de ellos.
En este ibón, paramos a beber y comer algo con lo que me siento mucho mejor y ya sin problemas seguimos subiendo hasta llegar a las Basetas de Bagüeña donde una vez dejadas las mochilas buscamos un sitio para vivaquear. Nos volvemos un poco locos buscando un sitio decente pero al final encontramos un precario vivac que nos permitirá pasar la noche.

Una vez situados y con suficiente agua, cenamos lo que nos entra y pronto al saco que la jornada ha sido dura y la de mañana no lo va a a ser menos. La noche es fresca sin llegar a fría y los dos dormimos bastante bien; yo estreno saco y no puedo más que hablar maravillas de él. Buen descanso.

A las 5.45 suena el despertador, el día está nublado pero no parece amenazar lluvia. Desayunamos y recogemos todo para poco antes de las 6.30 estar en marcha camino del Ibón Alto de Bagüeña. Una vez aquí vemos los Eristes y subimos por la loma que aparece a nuestra izquierda (Oeste).

Ibón Alto de Bagüeña con las Forquetas y el Pico Millaris al fondo.
Los tres picos de Eriste poco antes del lugar donde dejamos las mochilas.
Subimos por el pedregal hasta llegar a unos 2890m y aquí dejaremos las mochilas pues es un punto a medio camino entre la subida al Eriste S y la subida al Eriste Central. Bebemos y cogemos lo imprescindible y así de ligeros nos marchamos a la búsqueda del primer tresmil del día, el Eriste Sur. Para llegar a él, alcanzamos una loma que sube hasta llegar a un pequeño escalón que debemos trepar sin muchas dificultades.

Trepando para alcanzar la cresta al Eriste S.
Una vez superado este pequeño obstáculo, alcanzamos la cresta y no tenemos más que seguirla sin ningún problema hasta la cima. Cuando llegamos a la cima no podemos disfrutar del paisaje ya que la niebla cubre todo y solo estamos lo justo para hacernos la foto de cima y tirar de nuevo para abajo.

Cima del Eriste S (3045m).
Ibón de Barbarisa visto desde la cresta del Eriste Sur.
Juan Carlos descendiendo del Eriste Sur.

Bajamos del primer Eriste y, sin llegar a las mochilas, trazamos una media ladera buscando la subida al Eriste Central. Esto supone volver a subir hasta la base de la montaña y llegar a una pequeña rimaya que nos deja justo en el principio de una chimenea de acceso a la cresta del grande de los Eristes. Tampoco tiene excesiva dificultad así que en unos minutos pisamos la segunda cima del día que, por supuesto, encontramos cubierta de nubes...

El Eriste Central o Gran Eriste asoma entre la niebla.

Subiendo por la chimenea de acceso a la cresta del Gran Eriste.

Foto de cima en el Eriste Central o Gran Eriste (3053m).
Ibón Chelao, en la vertiente de Barbarisa.
Bajamos del Eriste Central y ahora sí que iremos a recoger las mochilas para encaminarnos al Eriste Norte o Pico Beraldi, llamado así en honor de Henry Beraldi, historiador de los comienzos del pirineismo.

No levanta la niebla en este mundo de piedra. Eriste Sur al fondo.
Cogemos las mochilas y enfilamos un flanqueo por debajo del Eriste Norte buscando su acceso más cómodo, que sube por la loma noreste. Dejamos en su base las mochilas y de nuevo para arriba. Tenemos una bonita vista de las Forquetas desde aquí, además estas permanecen medio despejadas, al contrario de los Eristes. La subida al Eriste Norte no tiene ninguna dificultad exceptuando nuestras propias fuerzas y unos últimos metros en los que nos ayudaremos de las manos pero sin demasiada historia.

Loma pedregosa que sube al Eriste Norte o Beraldi.
Las Forquetas tienen este aspecto desde la base del Eriste Norte.
Cima del Eriste Norte (3025m).
Concluye así la primera parte del día de hoy, la ascensión a los tres Eristes. Satisfechos por lo conseguido hasta ahora comenzamos un flanqueo que nos debe dejar en la base de las Forquetas pasando por el Collado de Millaris. Este flanqueo no es tan fácil como puede pensarse y en algunos puntos es necesario extremar las precauciones ya que el patio es considerable y los agarres pocos e incluso se pasa por zonas de losa inclinada que no dan ninguna confianza. Tras llegar al collado de Millaris, a 2831m, seguimos el flanqueo y pasaremos por una rimaya enorme que si bien al principio permite pasar fácilmente se estrecha al final y tenemos que contornearnos como gatos para salir de ella. Tuvo su gracia el momento.

Rimaya en el flanqueo hacia las Forquetas.
Una vez superadas las dificultades llegamos a la base de ascenso a las Forquetas y vemos por dónde debemos subir, va a ser sin duda lo más expuesto y difícil de todo el día pero estamos dispuestos y preparados para ello.

Flanqueo desde la base del Beraldi hasta el Collado Millaris.
Croquis que muestra la subida a las Forquetas saliendo en el collado que separa ambas cimas.
En la base de las Forquetas vemos tres conos de deyección, pues bien, debemos tomar el primero por la izquierda y una vez dentro de él, obviar una primera chimenea que sale a nuestra derecha optando entonces por una segunda chimenea que nos deja en una especie de escalón.

Juan Carlos sube por la segunda chimenea.
Cuando llegamos al escalón que comento guardamos los bastones pues ahora viene lo bueno; toca subir trepando por donde mejor lo veamos pero en nuestro caso buscando el corredor que sale al collado que separa las cimas de las Forquetas.

En una de las zonas más verticales de la subida a las Forquetas.
Una vez superada la zona más vertical, donde se superan pasos del II ó incluso algún II+ con exposición, se llega a una zona más tendida donde ya vemos que el corredor nos dejará arriba. Esta zona, al contrario que la anterior, está muy rota y aunque no hay dificultades que destacar se hace incómoda su progresión, pero es la última subida del día y ya nada nos detiene.

Superando la zona más expuesta de la subida a las Forquetas.
Vista hacia abajo de la última parte del corredor de subida a las Forquetas.
Cuando son la una del mediodía llegamos al collado que separa ambos picos, llevamos unas siete horas de marcha y lo que nos queda... Así que dejamos las mochilas y nos vamos hacia el Pico de Forqueta SE.

Forqueta SE visto desde el collado.
En unos pocos minutos hacemos la cima del Forqueta SE, ahora sí disfrutamos de las vistas ya que el día da una tregua y las nubes van retirándose. El panorama hacia el Posets es impresionante y vemos toda la cresta Espadas-Posets que tan buenos recuerdos nos trae.

Cresterío Espadas-Posets desde la cima de Forqueta SE.
Cima del Forqueta SE (3004m) con los Eristes de fondo.
Volvemos al collado, donde habíamos dejado las mochilas y subimos al Forqueta, también llamado Turets. No nos lleva más de cinco minutos.

Pico de la Forqueta o Turets desde el collado.
Cima del Pico Forqueta (3007m); señalo a los Eristes, ascendidos unas horas antes.
Desde el Pico Forqueta bajamos de nuevo al collado a recoger las mochilas y sin más dilación ponemos marcha hacia abajo, hay que descender una bestialidad de metros hasta el coche así que sin prisas pero sin excesivas pausas vamos perdiendo metros. De momento llegamos al Collado de Eriste, a 2860m y bajamos al Ibón de Llardaneta (2660m) donde comeremos. Aquí disfrutaremos del espectáculo que nos ofrece un grupo de sarrios que saltan de una roca a otra, van de un sitio a otro y corren sobre la nieve.

Ibón de Llardaneta, con las Forquetas detrás.

Después de comer y restañarnos algunas heridas seguimos con el descenso, la próxima etapa la marco en el Refugio Ángel Orús, a 2100m y así, mentalmente consigo distraerme del interminable descenso. Lo hacemos por la variante del GR-11.2 por lo que el camino está marcado y es agradecido para nuestras maltrechas piernas.

Vamos llegando al Refugio Ángel Orús.
Cuando hemos pasado el Refugio seguimos bajando por el agradable camino que nos lleva a la conocida cascada de Espigantosa donde ya tomamos la pista que baja hasta el puente de Tramarrius. Desde este puente seguimos un PR que lleva a la población de Eriste pero sin llegar al pueblo, hemos de tomar un camino en ascenso (sic) que tras superar unos 200m de desnivel nos devuelve al camino que une el Santuario de Guayén con el Valle de la Aigüeta de la Ball. A las 20.10 horas llegamos al coche, el cansancio es brutal pero pensándolo friamente concluimos en que hemos hecho una actividad de nivel, exigente pero muy satisfactoria. El desnivel acumulado en día y medio tanto de subida como de bajada ha sido enorme, pero por otro lado hemos disfrutado de entornos vírgenes y solitarios y además hemos subido cinco tresmiles, lo que no está nada mal para empezar el verano.


4 comentarios:

  1. Aupa.Una excursión de lujo os habeis pegado,valle precioso y solitario.Estais muy fuertes para hacer eso.Que sigais disfrutando.Un saludo.

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  2. hola Xabier. Fue una verdadera paliza pero como dicen por casa "sarna con gusto..." Quizás empezamos demasiado fuerte el verano pero las ocasiones para hacer tresmiles no abundan y hay que aprovecharlas.

    Un saludo y que disfrutes los Sanfermines.

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  3. Hola Miguel!
    Enhorabuena por la actividad! Como comentas es muy dura, sobretodo con el peso de vivaqueo, pero son estas las que luego nos dejan mejor poso.
    A ver con que nos sorprendéis en la siguiente!
    Un saludo

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  4. Hola Luis, gracias!

    Sin duda la recordaremos largamente ya que además de por lo dura que fue, el lugar merece mucho la pena y fue una buena oportunidad para conocer ese precioso valle de la Aigüeta de la Ball.

    Un saludo.

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