Salida: Ibón de Gías (2640m).
Llegada: Pic de Saint Saud tras hacer la cresta de Gourgs Blancs.
Desnivel: Unos 500m netos.
Tiempo empleado: 4 horas para todo el recorrido desde el ibón, incluyendo paradas y regreso al Puerto de Gías.
Cimas ascendidas en el día: Jean Arlaud (3065m) – Gourgs Blancs (3129m) – Torre Armengaud (3114m) – Punta Lourde Rocheblave (3104m) – Pic Camboué (3043m) – Pic Saint Saud (3003m).
Ascensión realizada con Juan Carlos.
Croquis del recorrido realizado. |
INTRODUCCIÓN:
Hablamos jcarlos y yo de hacer este puñado de tresmiles hace tiempo y en cuanto tuvimos la ocasión para coincidir ambos en un fin de semana y que además hiciera buen tiempo no lo dudamos y nos pusimos a ello. Eso sí, hubo un pequeño cambio que a la postre hizo más llevadero el tema y no fue otro que dividir los diez tresmiles en dos jornadas, una la del día 20 en la que hicimos el cresterío Clarabides-Gías y otra el día siguiente que incluía seis tresmiles, desde el Jean Arlaud al Pico de Saint-Saud.
PRIMER DÍA.
APROXIMACIÓN:
Una vez equipados salimos animados hacia la pista que recorre todo el Valle de Estós hasta su Refugio. Esta pista es cómoda, bastante llana y larga, no obstante se tarda cerca de dos horas en superar algo menos de 600 metros de desnivel. La pista coincide con el GR-11 por lo que veremos las conocidas marcas de pintura roja y blanca. Grandes colosos como el Perdiguero se asoman a este valle.
Valle de Estós. El Perdiguero a la derecha. |
Pasaremos al principio al lado de una presa que retiene las aguas del Río Estós. Más tarde cruzaremos el cauce por un puente para seguir progresando por la pista. Pasamos al lado de la Cabaña de Santa Ana, del desvío que lleva a los ibones de Batisielles, la Cabaña del Turmo (ocupada por pastores) y volveremos a cruzar el río para divisar ya el Refugio de Estós.
Nosotros, una vez llegados al Refugio, decidimos comer algo en su terraza disfrutando de las vistas del valle. Tras cerciorarnos de por dónde cogeremos ahora el camino que nos llevará al Ibón de Gías nos ponemos en marcha por una senda que sale al lado del refugio dirigiéndose a los baños exteriores. Por esta senda vemos cómo unos tubos y canalizaciones recogen el agua del torrente de Gías y la llevan al Refugio para su posterior uso. El refugio va quedando abajo conforme ganamos altura y ascendemos por la cómoda senda que dentro de poco irá cogiendo más pendiente y que al ser la hora que es y el sol calentando bien hace que sudemos la gota gorda por momentos.
El refugio de Estós visto desde el camino al ibón de Gías. |
Hacemos breves paradas y en un rato comenzamos a ver asomar el Pico de Jean Arlaud y el cresterío que forma con el Gourgs Blancs y compañía (mañana estaremos por ahí arriba); eso nos indica que estamos cerca ya de la zona del Ibón de Gías.
A las cuatro de la tarde llegamos al Ibón de Gías (2640m) y nos ponemos a buscar una zona de vivac en condiciones y también a aprovisionarnos de agua que casi no llevábamos y ya necesitaban nuestros cuerpos una bien merecida hidratación. Pronto llegamos a una zona cerca de la orilla izquierda del ibón donde encontramos un vivac de lujo; está plano, sin piedras en el suelo ni montones de tierra, ¡vamos! una habitación con todas las comodidades y unas vistas preciosas.
Nuestro vivac al lado del ibón de Gías. Un lujazo. |
Tras hacer el cresterío de los tres picos de Clarabide y el Pico Gías regresamos al Ibón a dormir para coger fuerzas ya que nos esperaba una dura jornada al día siguiente.
SEGUNDO DÍA.
ASCENSIÓN AL PICO JEAN ARLAUD:
Madrugamos, aún no se ve el sol y ya estamos desayunando y recogiendo los sacos, aislantes y demás. Hace algo de frío pero pronto nos calentaremos, en cuanto comencemos a andar bordeando el ibón seguro que ya no tendremos nada de frío. El amanecer nos depara bonitas vistas sobre el Valle de Estós y las cimas circundantes.
Amanecer sobre el Valle de Estós. |
Rodeamos el ibón por la zona de desagüe y vamos por un terreno de grandes bloques muy incómodo pero que calienta nuestras piernas con rapidez. Noto el cansancio por lo realizado ayer y empezar hoy tan fuerte pues la pendiente se acentúa conforme nos vamos acercando al corredor meridional entre el Gourgs Blancs y el Jean Arlaud y buscar su entrada. Es muy claro y lo vemos en todo momento desde el ibón. Cuando llegamos a la entrada del corredor, recogemos los bastones pues hay que utilizar las manos en algunos sitios y aunque no tiene una dificultad excesiva, sí es necesario estar atento y agarrarse bien a la roca.
El corredor y Pico de Jean Arlaud con los primeros rayos de sol. |
El corredor comienza con piedrecilla suelta y rocas hasta llegar a una zona con placas tumbadas algo pulidas (menos mal que estaban secas) donde tendremos que estar más al tanto. Es una zona corta y enseguida llegamos a otra parte con menor pendiente donde encontraremos de nuevo piedra pequeña y tierra ya cerca de la salida del corredor al collado entre estos dos grandes picos.
En mitad del corredor Jean Arlaud; zona de roca pulida. |
Una vez alcanzado el collado dejamos la mochila que llevamos aquí y nos ponemos a buscar una fisura por donde hemos leído que se accede a una corta chimenea que nos lleva a la primera cima del día. Buscamos, pero no lo suficiente por lo que optamos por ir por la izquierda (N) ya que nos ha parecido ver un mojón. Error. No hay que ir por ahí aunque nosotros lo hiciéramos. Empezamos a subir por donde pensamos que iba la cosa y nos encontramos con una escalada de grado III que, no sin dificultades, nos permitió llegar arriba. Nuestro miedo no era la subida sino el tener que bajar de nuevo por ahí ya que las presas no eran demasiado evidentes ni muy accesibles y menos aún de bajada. Todo esto con un hermoso patio bajo nuestros pies.
Cima del Jean Arlaud (3065m) con el Posets de fondo. |
Pero bueno, el caso es que nos salió limpia la subida, sin problemas y llegamos a la cima contentos de iniciar nuestro periplo por esta bonita cresta. Las vistas son enormes, Posets, Gourgs Blancs, abajo el Ibón de Gías, y enfrente, mirando hacia el este otra cresta nos llama poderosamente la atención, la de los Picos Seil dera Baquo; quizás algún día estemos en su filo.
Cresta de Seil dera Baquo desde el Jean Arlaud. |
Pico de Gourgs Blancs visto desde la cima del Jean Arlaud. |
Tras las fotos hacia todos los lados toca la hora de bajar. Como no tenemos ni pizca de ganas de bajar por donde hemos subido buscamos la subida normal a este pico. Enseguida encontramos un mojón y lo seguimos, otro más allá, otro más abajo y así hasta llegar a la chimenea de acceso. Maldecimos nuestro error y nos preguntamos cómo no pudimos verlos, así que decidimos poner un mojón algo más visible en nuestra bajada de vuelta al collado. Este acceso es más factible que el otro, sin duda.
Juan Carlos bajando por el sitio bueno del Jean Arlaud. |
ASCENSIÓN AL PICO DE GOURGS BLANCS:
Una vez en el collado entre el Pico Jean Arlaud y el Gourgs Blancs respiramos más tranquilos, bebemos algo de líquido y otra vez con la mochila a cuestas nos dirigimos a la segunda cima del día, el Pico de Gourgs Blancs, que es el punto más alto de toda la cresta que estamos realizando hoy. Nos lo tomamos con tranquilidad y esta subida nos relaja ya que es el tramo más fácil de toda la cresta, únicamente tenemos que ir andando desde el collado hasta la cima por una senda marcada con mojones, no es necesario siquiera poner las manos. En unos quince o veinte minutos llegamos a su cima. En la cima encontramos una placa que rinde homenaje a Jean Arlaud.
Cima del Pico Gourgs Blancs (3129m). |
No es una cima demasiado grande pero con unas vistas que sí lo son. Vemos el Pico Jean Arlaud que lo hemos dejado atrás, el Posets todo el rato, la cresta Pic Gourdon y Spijeoles y la continuación de la cresta por la que transitamos con la antecima del Gourgs Blancs en primer término.
Cresta de Spijeoles desde la cima del Gourgs Blancs. |
ASCENSIÓN A LA TORRE ARMENGAUD:
A partir de la cima del Gourgs Blancs comienzan "las hostilidades", lo entretenido de esta cresta pasa entre dicha cima y la Punta Lourde Rocheblave.
Bajamos unos metros por terreno fácil pero expuesto hasta cerca de la antecima del Gourgs Blancs donde hay un pequeño mojón. Una vez pasado este corto tramo nos encontramos con dos posibilidades, una es ir siguiendo una serie de mojones que por el lado español (S) va recorriendo la cresta unos metros más abajo y la otra posibilidad es como no podía ser de otra forma en una cresta, ir por el filo de la misma. Os preguntaréis qué hicimos nosotros, pues bien, ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario, es decir, unas veces por el mismo filo, incluso pasando por el lado francés y otras por el "camino" marcado con mojones.
Los bloques de granito impresionan por su tamaño y localización pero a la vez dan seguridad a la hora de agarrarse a ellos para hacer tramos algo más comprometidos. A nosotros nos costó un poco este tramo al perder algunas veces los dichosos mojones y otras por atravesar zonas muy expuestas en el filo. El caso es que disfrutamos como enanos metidos en ese berenjenal de bloques pasando a veces por sitios inverosímiles a más de 3000m, en fin, una gozada. En una media hora si no hay contratiempos ni pérdidas de mojones puede llegarse a la cima de la Torre Armengaud.
Gendarme que dejamos atrás poco antes de llegar a la Torre. |
En la pequeña cima de la Torre Armengaud (3114m). |
ASCENSIÓN A LA PUNTA LOURDE ROCHEBLAVE:
Desde la cima de la Torre Armengaud comenzamos un descenso que primero nos lleva por un paseo por el filo de la cresta y luego nos hace bajar más por el lado español para sin demasiados problemas ir remontando por un sitio marcado con mojones que nos lleva a la cima de esta montaña.
Juan Carlos cresteando por el filo camino de la Lourde Rocheblave. |
Desde su cima tenemos una vista muy buena sobre la cresta que acabamos de pasar, con unos espectaculares paredones verticales en su cara norte. Además, disfrutamos de una visión diferente de los picos de Clarabide y Gías vigilados por el Posets.
Cima de la Punta Lourde Rocheblave (3104m). |
Clarabides y Gías en primer término. Detrás, el enorme Posets. |
Ya quedan únicamente dos picos y lo más difícil ha quedado atrás.
ASCENSIÓN AL PIC CAMBOUÉ:
Ahora ya va todo de bajada, el insignificante Pic Camboué nos espera ahí abajo, tras un pedregal de mil demonios que nos lleva a una horcada a 3030m. Desde aquí solo hay que subir los 13 metros que distan de su cima y que le cambian el nombre de simple tachuela a "pico de más de 3000m". Ya en la cima vemos todavía la cresta de Gourgs Blancs, los Clarabides, etc y el Pic de Saint Saud que nos espera para culminar un día redondo.
Cima del Camboué con la cresta recorrida al fondo. |
Vista del Pic de Saint Saud desde la cima del Camboué. |
ASCENSIÓN AL PIC DE SAINT SAUD:
Hacemos alguna foto en el Camboué y nos dirigimos raudos a por el último del día y de todo el fin de semana, el Saint Saud. Desde la cima anterior tenemos la opción de ir por un caminito marcado con mojones o por la cresta. Al principio optamos por la senda con mojones pero como ésta pierde bastante altura decidimos volver a la cresta e ir progresando por ella. No es difícil en exceso, y más después de lo que hemos pasado ya, y encima tiene la ventaja de no perder tanta altura para tener que volver a ganarla luego. Llegamos a la cima del Pic de Saint Saud, cansados ya pero es el último y ahora solo hay que bajar. Fotos de la cima, con vistas a la cresta anteriormente superada, a la cara norte de los picos de Clarabide con el lago que hay en el lado francés, Lac de Clarabide o de Poucherges, etc.
El Lac de Clarabide desde la cima del Saint Saud. |
Última cima del día, el Pic de Saint Saud (3003m). |
Bajamos de modo directo por una sendita estrecha que nos deja cerca de una pequeña laguna y vamos haciendo una media ladera, con objeto nuevamente de no perder mucha altura, en dirección al puerto de Gías. Desde él, bajamos al Ibón a recoger la otra mochila y el resto del material y tomar rumbo al Refugio y Valle de Estós donde haremos otra pequeña parada a comer y vuelta al coche.
En resumen, un fin de semana de lo más completo y agradable. Tuvimos suerte en lo meteorológico, en lo deportivo, al culminar los 10 tresmiles en dos días y en lo físico, pues volvimos sin ningún percance.
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