LA FRASE

LA FRASE: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo" (Ramón Trecet).

Ibones de Anayet (Invernal) (20 de Enero de 2006)

Salida: Aparcamiento de Anayet, en la estación de esquí de Formigal. (1750m).
Llegada: Ibones de Anayet. (2250m).
Desnivel: Unos 500m.
Cobertura de móvil: Regular; sólo en algunos momentos del recorrido.

Actividad realizada junto a Carlos.

Itinerario con el recorrido seguido.

INTRODUCCIÓN:

Esta excursión con raquetas de nieve tan sencilla permite ver este bello rincón del pirineo de una manera muy diferente a la habitual. El manto blanco lo cubre todo y los picos tienen ese aspecto tan alpino que los cambia tanto respecto a otras épocas del año. Como digo es una excursión muy fácil que puede servir para iniciarse en este deporte de las raquetas de nieve, que va ganando adeptos cada año que pasa y que nos permite llegar a sitios que sin ellas sería difícil o cuando menos muy incómodo.

ACTIVIDAD:

Salimos pues de la cada vez mayor estación de esquí de Formigal, concretamente del aparcamiento de Anayet. Al ser temporada de esquí la valla que cierra el paso en el corral de las mulas se encuentra abierta, si no habría que sumar una media hora más de camino. Todos los esquiadores se disponen a hacer largas colas para adquirir sus forfaits, nosotros vamos directamente del coche a la nieve, nos ponemos las polainas, nos calzamos las raquetas y comenzamos a andar rodeando el telesilla por detrás. Vamos ganando altura por una cuesta teniendo como referencia el barranco de Culibillas a nuestra derecha. Baja con poca agua debido lógicamente al hielo de la época. A los pocos minutos nos desviamos a la derecha para enfilar el valle de Culibillas que ya no dejaremos hasta llegar a nuestro objetivo de hoy. Cruzamos el torrente si es que no está tapado por puentes de nieve y nos dirigimos en dirección oeste todo el rato, detrás podemos ver los remontes (sic) y a los esquiadores deslizándose ladera abajo.

Entrada al bonito Valle de Culibillas.
Comenzamos a disfrutar con las raquetas.

La vista es mucho mejor al frente y a los lados donde podemos observar el Pico Culibillas, el Pico dera Garganta, Pico Royo, etc. El camino no tiene pérdida, simplemente debemos ir por el fondo del valle y en algunos momentos ir a media ladera, principalmente en la ladera de nuestra derecha. A unos cientos de metros delante de nosotros vemos tres esquiadores de travesía disfrutando del placer de estar en un lugar como este, progresando por la ladera camino del Pico Arroyeras. Llegamos a un punto donde debería haber una cascada pero en esta época se encuentra helada y tapada por la capa de nieve, es al fondo del valle poco antes de llegar al collado que nos dejaría en el llano de los ibones. Para llegar a dicho collado enfilamos la corta pero desafiante cuesta que supera este punto, no es ni mucho menos difícil pero será el sitio donde más esfuerzo haremos en toda la jornada.

Carlos llegando al collado con un precioso telón de fondo.

Al llegar arriba vemos con satisfacción que el esfuerzo tiene su premio pues la vista del Pico Anayet y su vecino Vértice de Anayet cubiertos de nieve es magnífica.

Típica imagen del lugar, con el Pico y el Vértice de Anayet.
 
Si caminamos unos metros más, ya en el llano de los ibones veremos a nuestra derecha la figura siempre atrayente del Midi d´Ossau. Y es que a este lugar merece la pena venir, tanto en invierno como en verano o cualquier otra época las tonalidades rojizas que indican su origen volcánico mezcladas con el blanco de la nieve o con la hierba fuera del invierno, nos muestran una estampa única. De hecho, se habla de un futuro Parque Natural del Anayet y no es para menos.

Posando en el llano de los ibones con el gran Midi d´Ossau detrás de mi.


Deambulamos un rato por el llano, disfrutando de las vistas y en un momento dado decidimos intentar subir al Pico Espelunciecha; comenzamos a ascenderlo con nuestras raquetas pero la cantidad de nieve es tanta y tan polvo que aún llevándolas nuestras piernas de hunden en la nieve hasta casi las rodillas por lo que el esfuerzo es grande y el calor que hizo ese día para esta época es alto, por lo que desisitimos de subirlo y bajamos ahora sí bastante rápido hasta el llano a comer algo tranquilamente.

Pico Espelunziecha/Espelunciecha.
Tras un breve descanso volvemos por el mismo camino, paramos otra vez más a mitad del valle pues es pronto y el aparcamiento está cerca, así que otra parada para disfrutar del entorno y en una media hora más llegamos de nuevo al entorno de la estación donde vuelve el bullicio y dejamos la soledad y la quietud del valle de Culibillas para volver en otra ocasión.

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