LA FRASE

LA FRASE: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo" (Ramón Trecet).

Aragüells y Aguja Juncadella. (12 de Agosto de 2007)

Salida: Refugio de Ballibierna (1950m).
Llegada: Pico Aragüells (3037m) y Aguja Juncadella (3021m).
Desnivel: Unos 1100m.
Cobertura de móvil: Regular.

Ascensiones realizadas junto a Juan Carlos.

Itinerario seguido para estos dos picos.
INTRODUCCIÓN:

La ascensión a estos dos picos de vistas espectaculares llegó al día siguiente de hacer cinco tresmiles en la zona del Russell tras una paliza de cerca de diez horas. Con esto quiero decir que mis expectativas de este segundo día montañero no eran muy buenas tras la primera jornada, pero unos buenos estiramientos, una “cena” merecida y un semi-descanso en el refugio de Ballibierna junto a doce personas (algunas con cierto parecido con los osos por sus ronquidos…) obraron maravillas.

Así pues, la mañana de este domingo 12 de Agosto de 2007 comenzó con buenas sensaciones en las piernas, mis rodillas apenas se quejaban, solo una pequeña molestia en los tendones de detrás de la rodilla, pero poca cosa, aguantable. A las seis y pico de la mañana, los osos, digo... los compañeros de refugio comenzaron a moverse y a pegar gritos (muy educados, ellos). Por supuesto, Juan Carlos y yo esperamos agazapados en nuestros sacos a la espera de su huída. Una vez despejado el panorama nos levantamos, aseamos y desayunamos; comenzaba otro bonito e intenso día montañero. Además, el tiempo aguantaba bueno todavía.

ASCENSIÓN al PICO ARAGÜELLS:

Aunque podríamos haber madrugado más, antes de las ocho de la mañana estábamos de camino hacia nuestros objetivos de hoy. Para subir hacia los ibones de Coronas podemos escoger dos opciones, seguir la pista principal desde el Refugio hasta las flechas indicadoras que separan ese camino del que va hacia Ballibierna/Llosás, o comenzar a subir por el mismo Puente de Coronas, donde para el autobús, por un camino que sale justo antes del río, a la izquierda. Nosotros elegimos la primera opción, la de la pista para volver luego por el otro camino, más cómodo para las piernas en la bajada.

En unos pocos minutos desde el Refugio de Ballibierna llegamos a la bifurcación en la que una flecha marca hacia los ibones de Llosás y de Ballibierna y otra hacia los de Coronas, cogemos el camino de Coronas. Dicho camino serpentea entre hierba y piedras guiado por unos hitos. No tiene pérdida y va ganando altura de manera decidida por la orilla orográfica izquierda (derecha según subimos) del barranco que baja desde los ibones de Coronas. En menos de una hora llegamos al ibonet de Coronas, remanso de las aguas que vienen de arriba y que aquí quedan estancadas para volver a retomar su caída hasta el fondo del valle. En su lugar apacible, tranquilo y con una vista preciosa, bonito sitio para las familias.

Ibonet de Coronas. Foto sacada a la vuelta.
Sin detenernos, seguimos nuestro camino por la derecha del ibonet según llegamos. Sale una senda muy marcada en dirección E que se interna en el territorio de la roca. Sólo algunos retazos de hierba veremos a partir de aquí. El camino es muy sinuoso y en cortas lazadas va ganando bastante altura. Poco que reseñar de esta zona, simplemente que combinaremos trozos de senda por tierra con camino marcado con mojones por entre los bloques de piedras. Subimos la peor parte de la jornada de hoy y llegamos al ibón inferior de Coronas (2620m) tras una hora y media de camino desde el refugio. El ibón es pequeño, recogido entre paredes, me recuerda al de Llosás aunque es más pequeño.

Ibón inferior de Coronas.
Desde aquí, cruzamos el torrente y nos dirigimos hacia nuestra izquierda, dirección noroeste. El camino está marcado con mojones y nos lleva a la parte superior de estos resaltes que tenemos tan cerca. Muy próximos a los ibones superiores de Coronas el panorama se va abriendo y el Aneto hace acto de presencia allá arriba, dominándolo todo.

Nuestro camino sigue ahora en dirección al collado de Cregüeña que ya podemos ver muy bien desde aquí.

De izda. a dcha. Pico Aragüells, Agujas de Juncadella, Cregüeña y Haurillon.

Para llegar hacia allí debemos ir sorteando los enormes bloques que forman esta vaguada hasta el collado. Los ibones de Coronas van quedando atrás. Se nos ofrece aquí una alternativa que es la que nosotros hicimos; se trata de coger una especie de corredorcillo que se abre a nuestra izquierda en dirección al collado de Cregüeña. Por ahí subimos y enlazamos con unos trazos de senda y mojones que nos lleva directos a la cumbre del Pico Aragüells. También se puede llegar hasta el propio collado de Cregüeña y una vez allí tomar el caminito hasta la cumbre, a la izquierda. Escogimos la primera opción por el hecho de subir por un sitio y seguir por otro sin tener que desandar nada de lo ya realizado. Ambas opciones son igual de válidas.

El Aneto con su arista Sur y abajo los Ibones de Coronas.
Una vez enlazados con el camino, éste nos va guiando por los mejores sitios por donde ganar altura por las terrazas que forma la roca en la montaña. Es un terreno fácil y que no requiere ninguna trepada para llegar, algún apoyo por seguridad pero nada más.

Foto de cima en el Pico Aragüells (3037m).
En tres horas desde que salimos llegamos a la cima de este pico, el Aragüells (3037m), modesto respecto a sus vecinos Aneto, Pico Coronas, Maldito, etc., pero que dispone de unas vistas espectaculares sobre esta vertiente sur de los Picos Malditos desde los Picos de Alba hasta la zona del Russell (ascendida el día anterior). La vista se recrea aquí con la visión de los mencionados picos, con el impresionante Ibón de Cregüeña (de los tres más grandes de todo el Pirineo), con los ibones de Coronas (lugar privilegiado de vivaqueo) y con los restos del casi desaparecido, Glaciar de Coronas.

Juan Carlos admirando el panorama desde el Aragüells.

El enorme Ibón de Cregüeña desde la cima del Aragüells.
Arista de Cregüeña hasta el Pico Maldito. Nosotros luego recorreríamos el principio de la misma.

Juan Carlos se asoma para fotografiar en condiciones el Ibón de Cregüeña.
Pasamos unos minutos de charla con unos tipos en la cima, comemos unos frutos secos y bebemos algo, amén de una sesión fotográfica para luego disponernos a bajar, ahora sí, hasta el collado de Cregüeña. Este camino de bajada está más trillado que por el que subimos al ser el más utilizado para ascender este pico.

Bajamos por el camino “normal” hasta el collado de Cregüeña para enlazar con nuestra segunda cima del día, otro tresmil, la Aguja Juncadella.

ASCENSIÓN a la AGUJA JUNCADELLA:

La ascensión a la Aguja Juncadella, sin ser un pico de especial dificultad sí que debe afrontarse con un mínimo de experiencia en trepadas puesto que es más complicada su cima que el pico anteriormente descrito.

Desde el collado de Cregüeña, unos metros más abajo y por la vertiente de Coronas localizamos unos desperdigados mojones que nos dirigen hacia una corta chimenea, principio de la subida a la cima. Al principio solo se usan las manos como apoyo pero luego se hace imprescindible el uso de estas para superar grandes bloques y lajas de dimensiones considerables. No nos cuesta mucho tiempo llegar a su estrecha cumbre y disfrutar del panorama pero pensábamos que era algo más corto y menos entretenido de lo que luego resultó su ascensión, afortunadamente.


En equilibrio en la cima de la Aguja Juncadella. Abajo, el Ibón de Cregüeña.

La vista es muy parecida a la que hay desde el Aragüells pero hay que sumarle la visión que ofrece esta cima del propio Pico Aragüells, una pirámide elegante y rocosa.

Vista del Pico Aragüells desde la cima de la Aguja Juncadella.
Breve rato en la cima y después de mirar el cielo, que empezaba a cubrirse y la hora, decidimos no afrontar la subida a la Aguja de Cregüeña, como era nuestra idea inicial. Así que bajamos de esta cima y por un corredor pedregoso descendimos hacia los bloques del lado de Coronas y una vez retomado el camino que lleva al collado de Cregüeña volvimos tranquilamente. En el ibonet de Coronas cogimos esta vez la otra variante, la que sale a la derecha del ibonet en sentido de bajada que resultó ser más cómoda para nuestras piernas que ya acumulaban bastante cansancio y siete tresmiles en dos días.

A las dos y media estábamos en el Refugio de Ballibierna; descansamos, comimos y esperamos el autobús de bajada hacia Plan de Senarta que salía a las cuatro. Un fin de semana de lo más completo.

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